Del pinche amor I
El tema con el amor, es que se pone cabrón a veces.
Tratas de que todo vaya “smooth” como un “día de picnic”,
y al final (dicho picnic) parece una gran idea, hasta que te lo avientas.
Y la neta, ¿a quién carajos le gustan tanto los picnics?;
la comida se humedece, es un embarradero absoluto, se acaban las servilletas de papel, siempre se nos olvida el cuchillo, acabamos cortando el pastel con un palito,
(y encima) hay que esconder el alcohol – y sin esa ayuda – ¿quién aguanta el mal-rato y el cochinero?
Pues lo mismo con el amor,
Mejor no esperar que sea un picnic,
y aventarte por el tobogán (que es cagante), y desear que suceda lo mejor.
Cuando te enamoras y te vas de boca, es como tirarte al vacío, seguro te das un putazo al aterrizar, pero la risa y la adreanlina te confunden, así que quieres más.
Porque nos gusta la mala vida,
pero también nos gusta el amor.
Y la que diga que ya estamos grandes para enamorarnos como tontas, está en un grave error.
A estas alturas, parece mentira, pero todo se pone mejor.
Y estoy convencida de que el amor genuino, es absolutamente imperfecto, unos días son buenísimos y otros son de la chingada,
Pero cuando es bueno, que bueno es.
Mi mensaje es,
No vayan de picnic, es una mega hueva,
No se tiren por el tobogán de modo literal,
se pueden romper algo,
Pero lo qué si pueden (si es que quieren),
es enamorarse más cada pinche día,
hasta donde dure,
Hasta donde se pueda…
J, me encanta amanecer contigo,
con todo y tu pésimo amanecer.
Y ahí es dónde me dices tú,
¿Por qué Sofi?
Y yo te respondo, “por pendeja, porque así es esto del pinche amor…”