Desidia

Como hay cosas en la vida que vas dejando, toda mi existencia se resume en folders morados y negros. 

A la derecha están los que abro diario, con mis listas eternas de pendientes de índole personal y laboral.
Y a la izquierda, los folders del terror, llenos de problemas que solucionar, estados de cuenta que revisar, papeles de NY atorados en procesos burocráticos, esperando ser desatorados, y hasta abajo del stack – el folder de la puta Green-card de Juliana.

A nuestro regreso a México, debimos renunciar a la residencia de Juli, jamás lo hicimos, y después de dos años sin que ella pudiese pisar Estados Unidos – por miedo a que nos metieran al cuartito por “felony” – ya estaba siendo una verdadera estupidez no solucionar el tema.
También es que cuando recibes muchos consejos distintos, te confunden. 

Nunca supe a quien hacerle caso, abogados, gente que ha pasado por el tema, y la misma embajada americana, que cuando fuimos a renunciar nos dijo,
¿Estas segura que quieres renunciar?
y Juli se puso a llorar.
Pues el agente siguió,
“It’s a big offense to resign a permanent residence, you may never get it again”
Nos salimos corriendo como bandidas y decidimos volver a poner el folder hasta abajo.

Pero ahora en medio de la pandemia, el papa de los hijos está trabajando en Miami y quería verlos. Me pidió entregar “el paquete” y de paso enfrentar el miedo y resolver.
No sé ni como acepte. Casi sin pensarlo, empacamos los 3 y nos lanzamos a Miami.
Todo el vuelo me fui rezándole a San Judas, miren que lo tenia olvidado desde la prepa. Recé también “1000 padres nuestros” desde que tocamos tierra, hasta la llegada con el agente migratorio. Y resulto que (dicho agente) era un Santo, tal como se lo pedí a Dios.
Nos hizo chistes, ojeo pasaportes, metió tarjetas a la maquina. Todo con mucha paz y sonriendo.
Yo llevaba un folder con mis taxes – desde 1997 – probando que he sido una ciudadana honorable.
No hizo falta. Entramos. Nos morimos.Se nos salió el corazón.
Dije “córranle no vaya a ser que se de cuenta y nos persigan…”
Afuera lloramos y me volví católica en el proceso.
Ahora quiero que Juli se quede acá “del otro lado” para no volver a vivirlo.

 @julibegne me muero sin ti.

 

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